Visité la tienda de una marca muy conocida de retail de autoservicio. Como siempre y antes de comprar el producto me fijé en la decoración y señalización de la tienda, la disposición de la ropa y resto de productos, la música, la actitud de los empleados. Después de dar algunas vueltas decidí comprar lo que había ido a buscar: una camisa.
¿Cuántas veces nos han enviado o llamado para hacer una encuesta de satisfacción y no hemos tenido retroalimentación después de nuestras observaciones? En la mayoría de los casos sentimos que nuestros comentarios fueron meramente un procedimiento más dentro de la empresa y no pasó nada más.
Hoy quiero compartirles un proceso que les ayudará a evaluar la satisfacción del cliente, experiencia y resultado del producto, y con esto estaremos dando una sensación de interés al nuestro cliente, aparte de tener retroalimentación de cómo estamos siendo vistos por nuestros consumidores.
Visité la tienda de una marca muy conocida de retail de autoservicio. Como siempre y antes de comprar el producto me fijé en la decoración y señalización de la tienda, la disposición de la ropa y resto de productos, la música, la actitud de los empleados. Después de dar algunas vueltas decidí comprar lo que había ido a buscar: una camisa.
Mientras estábamos haciendo el proceso de pago del producto la dependiente me comentó las ventajas de ser parte de su programa. Yo casi siempre acepto, no por las ofertas, sino por la esperanza de ver cómo van a evaluar mi experiencia total. Me llamó la atención que fue la encargada y también el cajero los que me ofrecieron la tarjeta de cliente.
Voilà!… llegó la encuesta de satisfacción con el asunto: “Su opinión nos importa mucho, ¡Cuéntenos sobre su experiencia de compra!” y todo esto en menos de 6 horas después de haberme afiliado a su programa. También llegaron otros emails con las condiciones del programa y la bienvenida formal firmada por el presidente de la empresa.
Me encontré con una encuesta sencilla de 10 preguntas y evaluaba la satisfacción al cliente y del proceso de compra; por cierto duré 5 minutos respondiendo la misma. En este caso incluía la medida de los indicadores:
Mi sorpresa fue cuando tres meses desde mi compra, me hicieron llegar una segunda encuesta de satisfacción y el asunto decía “¿Qué tal la camisa que te compraste?”, me pedían evaluar los siguientes aspectos:
Pero aquí aproveché para referir en algunas preguntas comentarios o calificaciones no tan buenas; aclaro que fue al propio para ver qué pasaba. Bueno para seguir con la experiencia, al lunes siguiente recibí la llamada de Servicio al Cliente para corroborar y aclarar mi descontento hacia el producto y ofrecer toda la ayuda requerida para revertir mi molestia.
Ahora sí, puedo decir y compartir que hay alguien que de verdad da el seguimiento a sus clientes. Por cierto, no solo se ocupe por las cosas a mejorar según los comentarios, también llamen a sus clientes para entender por qué les califican bien en las encuestas y detallar más profundo sus fortalezas.